Memoria en Ruinas (Año 2007)

Durante el año 2007 decidimos cambiar el eje de la investigación, dejando por este año las investigaciones que tienen como eje a los individuos, a las personas. Así nos planteamos investigar “un lugar de la Memoria”, el viejo y abandonado Castillo Sans – Souci, que perteneciera a la Familia Santamarina, la cual dono el predio al Estado Provincial para que funcionaran allí solamente proyectos educativos. Pero a partir de 1976 la vieja casona tendría otra función, las Fuerzas Armadas a cargo del lugar, instalaron en el castillo un “Centro Clandestino de Detención”. El trabajo de investigación tuvo dos disparadores, en primer lugar la encuesta que en el año 2005 habíamos realizado para enmarcar el primer trabajo. Y en segundo lugar el encuentro final del programa en del año 2006.
Con respecto al primero, la encuesta realianza a los vecinos de nuestra ciudad había arrojado como resultado que si bien, la sociedad tandilense conocía la existencia de desaparecidos, dudaba de que en nuestra ciudad hubieran funcionado centros clandestinos de detención. De esta manera nos dispusimos a investigar el dato faltante, la existencia de los centros clandestinos de detención en nuestra ciudad. Para lo cual realizamos, previo a la estructuración de este proyecto, una entrevista con la organización “Memoria por la Vida en Democracia”. El grupo en su conjunto participo de la entrevista realizada a Petra Marsocca y a Aurelia Pereyra, la cual resulto fundamental para recortar nuestra investigación. Si bien, durante la investigación de la CONADEP solo se reconoce a “la Huerta” como campo clandestino de detención en Tandil. Petra y Aurelia, nos cuentan que tras las investigaciones que realizaró la propia organización, los juicios por la verdad y las nuevas causas abiertas en el juzgado de Azul posteriores a la edición del Nunca Más, se han podido identificar por lo menos otros tres campos clandestinos , a saber: la Base Área, una quinta privada y el ISER. Nos comentaron que estos lugares funcionaban en forma organizada, y que muchos de los detenidos-desaparecidos eran trasladados de uno a otro, formando parte de una red de represión que también incluía los campos clandestinos de Las Flores, Olavarria, Azul y Rauch, por lo menos.
Con respecto al segundo de los disparadores, durante el encuentro final del programa en noviembre del año 2006, dos trabajos impactaron mucho a los chicos, ambos eran de escuelas de Morón y reconstruían la historia de los centros clandestinos de la comunidad, entre ellos la “Mansión Seré”, luego de una interesante discusión con los chicos, nos propusimos indagar el tema en nuestra ciudad, ya que ellos también desconocían la historia de los centros clandestinos de nuestra ciudad.
De esta manera el trabajo de campo durante el año 2007 fue vitalmente diferente al de otros años, en primer termino nos dispusimos como meta la reconstrucción de la historia desde afuera, desde los vecinos del horror, que sabia el barrio, ¿reconocía la existencia del centro clandestino?, elegimos esta metodología de trabajo por estar convencidos de que “El campo de concentración, por su cercanía física, por estar de hecho en el medio de la sociedad, “del otro lado de la pared”, solo puede existir en medio de una sociedad que elije no ver por su propia impotencia, una sociedad “desaparecida”, tan anonadada como los secuestrados mismos. A su vez, la parálisis de la sociedad se desprende directamente de la existencia de los campos; una y otro alimentan el dispositivo concentracionario y son parte de el” (1)).
Realizamos 300 encuestas las cuales arrojaron como resultado que el 50 % de los vecinos sabían que en la vieja casona había funcionado un centro clandestino de detención. Las encuestas se realizaron los días sábados por la mañana, luego se analizaron, se realizo una visita al predio donde funcionaba el ISER, y se tomaron algunas entrevistas audiovisuales a los vecinos mas cercanos. Con todo el material, comenzamos la edición de nuestro tercer video documental, el cual contó con la importante participación del profesor Charlone, quien le enseño a los chicos a utilizar programa de edición profesional, de Juan y de Virginia que mantuvieron abiertos los celulares para resolver cualquier pregunta técnica y de toda la escuela, que no solo aguanto la “toma”, del aula de informática durante una semana, y las maquinas de las oficinas, incluyendo la imposibilidad de entrar a la dirección bajo la norma, “ silencio estamos grabando”, sino que también respeto los carteles de “No tocar, Grupo Memoria” , con el cual amanecían las computadoras de la escuela. De todas formas no pudimos cortar la tradición, y terminamos nuevamente el video a las cuatro de la mañana del mismo día que salíamos para el encuentro final, sumergidos en un sueño profundo, cantidades industriales de mate y los ojos atónitos del cuidador de la escuela que tuvo que levantarse a esa hora a cerrar el establecimiento.
“Memoria en Ruinas”, se pudo volver realidad por el compromiso y el incansable trabajo de: Juan Pablo Basualdo, Sebastián Castronovo, Noelia Ciliberti, Enzo Di Candia, Facundo Dicosimo; Sofia Etulain; Franco Fiaschetti; Melisa Iturrioz; Josefina Mackeprang; Guillermina Martinez; Florencia Ramil; Luciano Re; Carolina Rodríguez; Juan Martín Rosso; Octavio Ruiz y Lautaro Zugby. Quienes no solo llevaron adelante una excelente investigación, una edición ejemplar, sino también tuvieron una importantísima e inolvidable participación en el encuentro final, (mejor no entremos en detalles !!!!!!)
1) Calveiro Pilar, Poder y Desaparición. Bs. As. Puñaladas, Colihue, 1998, pagina 147